CAPITULO 2
El Llanete camina solitario. Deambula despacio entre las sombras de las calles, con las manos en los bolsillos y la vista en la acera, contado mierdas de perro y chicles negros pegados en el suelo desde hacía meses.
El eco del callejón le trae insultos e improperios, un ir y venir de voces y gritos que envuelve a la calleja sombría en un arrabal turbio a las diez de la mañana.
Todavía no ha sacado las manos de los bolsillos, pero los ojos los ha fijado en un corro de hombres que ansiosos y persistentes acaban con sus cigarrillos en tres o cuatro caladas, veloces, cómo si el cigarro les quemara en los dedos. Las voces se hacen más sonoras y más rotundas, de un vistazo se da cuenta que del interior del bar un hombre solo es el causante de esta bulla.
La resignación y la conformidad triste habitan en los ojos y los gestos de los hombres del bar. En el centro de la barra un personaje en chándal, con una melena negruzca atada en una coleta y una riñonera pasada de moda, habla a viva voz, gesticula como un poseso, él solo, mirando a todas partes, en ese momento de su garganta se olle — "esa es una puta y yo me lo hubiese cargado también" — , al momento el llanete se paró en seco, alzó su vista y la clavó en la nuca, o más bien en la coleta grasienta del tío del chándal, sacó las manos de los bolsillos y con un gesto al camarero le señaló la botella de coñac. Caminaba hacia el fondo de la barra cuando se percató que el periódico se desparramaba abierto de par en par por el mostrador , y un titular le taladró la retina.
DIARIO JAEN
PROVINCIA
" Un alcaudetense es detenido por la muerte del amante de su mujer "
El llanete al final de la barra se escondía tras la copa de coñac, la movía en círculos, contemplaba al personaje en su trajín, y se encolerizaba cada vez más a cada palabra que oía del tío de la coleta.
— Hija de puta, y encima con el jefe de su marido, será zorra. Yo la mato, a esa y a su puta madre. No te digo, lo que hay que aguantar, encima que te pone los cuernos, lo hace con un amigo, la muy puta. Muertas, todas las mujeres tenían que estar muertas. Y el tío, qué le den por culo, bien frito lo ha dejado. Yo le clavo treinta "puñulás", por cabrón ....
En el bar nadie lo mira, asienten como robots apabullados a las afirmaciones que el del chándal hace sobre el artículo del diario. No quieren líos, lo conocen bien y saben que este tipo está frito por quemar el mundo, esperan a que se harte de oír su voz y que se largue a otro bar con la cantinela de todos los días.
El llanete soltó la copa de un golpe, el cristal sobre la barra metálica sonó hasta en la entrada. De dos pasos se situó frente a los ojos del tipejo y sin pestañear le dijo.
— Imagina que esa mujer es tú madre, no, mejor aún, imagina que es tú hija, y lleva años aguantando las palizas y vejaciones de su marido. Además, vive en un pueblo que todo el mundo se conoce y que todo se tapa. El mejor amigo del marido, condicionado por la amistad desde jóvenes, tiene que aguantar a semejante parasito durante toda su vida, y encima que tiene que consentir su falta de responsabilidad , sus borracheras a cualquier hora, se tiene que tragar las burlas y atropellos que tiene con su mujer y, sobre todo, tiene que sonreírle cuando se jacta de su hombría por los maltratos que le difiere a su esposa, y no puede hacer nada por una maldita amistad que ya no existe. Este, harto de ver cómo el canalla de su "amigo" trata a su mujer, intenta protegerla. Al mínimo anhelo, al más mínimo sentimiento de ternura, al mínimo abrazo que el amigo tiene con la mujer, fulgurante, despierta el amor entre ellos. Y cuando por fin esta mujer, que puede ser tú hija, o tú madre, conoce las bondades del amor, llega su exmarido, al que un juez le dispuso una orden de alejamiento y, cómo si fuera una rata, por la espalda, cómo el cobarde más ruin de la tierra, le raja el pulmón al que fuera su amigo. En su bajeza también apuñala a su exmujer. En el hospital, en la UCI solo se oía el susurro de esta mujer pidiendo que la matarán, que ya no quería vivir, que a ella también le han rajado el corazón....
El de la coleta se echó hacia atrás, pero el llanete reaccionó rápido, le pisó un pié, le agarró los testículos y los retorció, de nuevo se encaró al bravucón.
— No te vayas, si todavía no he terminado. ¿Tú sabes lo que le contestó al juez cuando le preguntó por qué cometió semejante acto?. Le dijo que lo único que había hecho en su vida era putear a su mujer, qué no sabía hacer otra cosa en el mundo.
Esa noche se cortó los huevos y se ahorcó en la celda.
Quiero qué lo entiendas, nunca es tarde para empezar a respetar a los demás. Un hombre bueno a muerto cruelmente y, una mujer que puede ser tú madre, o tú hija, se apaga poco a poco en cama del hospital, pero ten presente que la bondad y el amor, por la noche y a oscuras, le cortaron los huevos y ahorcaron a ese canalla.
Iba a entrar en cólera el del chándal, pero se vio rodeado de muchos hombres del bar. En sus miradas ya no había resignación.
Primero salió algo apresurado el de la coletilla grasienta, el llanete pagó su copa de coñac que no se bebió y otra vez encaminó la calle abajo, con las manos en los bolsillos, la mirada en la punta de sus zapatos, y una mueca en su sonrisa.
Ya anochecía cuando giró la esquina de su calle. Bajo una farola, en el escalón de la acera, se encontraba María, la hija mayor del vecino de dos casas más abajo de la suya.
María lloraba desconsolada y cabreada, los ojos y las mejillas prendían de rabia. El llanete le tocó el hombro y le dijo: — No puedes tener todo lo que quieres, ese amor no te corresponde.
Pero eso, eso será otra historia.......
Una tormenta se cierne sobre mi balcón, la noche es mágica con sus rayos y sus truenos, pero las goteras me tienen frito.
Un saludo vecinos.............
2 comentarios:
Muy bueno este Llanete, un justiciero de barrio, un Quijote de los que ya no quedan.
Siempre en busca de molinos gigantes, amigo Pp
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