Qué tal vecinos y vecinas...
Llevaba tiempo sin asomarme al balcón,
mucho lío, muchas rapaces sobrevolando mi cabeza ahondando en el
pensar y en el discurrir de mi vida y de lo que me rodea.
Son momentos de claros-oscuros, y en
todos los sentidos, pues el tiempo, el clima, tampoco nos da respiro,
y por momentos cuando truena y se raja el cielo en dos por un
relámpago con forma de estilete, me acuerdo de aquellas plagas
bíblicas, o de aquel apocalipsis anunciado por enormes trompetas.
Entonces me paro y respiro hondo, y recuerdo que, aparte de buitres
carroñeros, dentro de las rapaces también existen los halcones
peregrinos y los cernícalos, aves sutiles que hacen de la excelencia
y el equilibrio su forma de vida. Y otra vez veo el vaso medio lleno.
Yo soy de flores y colores, ya me
conocéis, soy de apasionarme con lo más mínimo y de llorar y reír
por algo simple. Soy de vivir.
Pero también tengo este lado oscuro,
esta sombra que todos tenemos para equilibrar lo condición humana,
esa sombra que da brillo al gen de las personas y que nos hacen ser
tan especiales.
Mi sombra es la rebeldía, es el
activismo, es la critica. Inconformista y con un problema claro, creo
en la bondad de los hombres y las mujeres, y la espero y reclamo cada
día.
Iluso verdad...!!, pero eso para mi es
la sal y el azúcar de la vida.
Vivimos tiempos convulsos por culpa de
los despropósitos de unos pocos. Aquí, ahora, en este momento que
me ha tocado vivir, me decepciona que estos pocos sean capaces de
aprovecharse de la bondad de otros muchos.
Esta situación de crisis que padecemos
por culpa de esos pocos nos ha llevado a un estado de desidia
colectiva. Y mi desidia me puede llevar tan solo: a no comprar unos
pantalones; a no comprar un coche; a no ir con mis hijos al cine; a
no ir a una manifestación; a esperar en el escalón de mi casa, a
que pase el tiempo, hora tras hora....acciones al fin y al cabo sin
más repercusión en el transito de la historia.
Pero hay acciones, o mejor dicho,
in-acciones que si son capaces de mover el viento a su antojo, y ese
es el problema.
Hay una falta grave de
responsabilidad y aportación de esas gentes de buena fe, que también
se ocultan en ese manto gélido que es el abandono de la ética, la
moral y el civismo, y lo digo de esas gentes que sus acciones, o
mejor dicho, sus in-acciones si repercuten en el transito y el
devenir de nuestra historia presente. Me refiero a la justicia.
La justicia en su más amplio sentido.
Desde los jueces, hasta el momento moral de cada uno para diferenciar
lo justo de lo injusto, el bien del mal, la verdad de la mentira.
Al Sr. o la Sra. Juez los acuso de no
tomar parte en la justicia del día a día. En consentir que la
vida del ciudadano/na – bondadosos en su mayoría - termine
envuelta en una maraña jurídica sin sentido, apocándonos muchas
veces en un desenlace fatídico por culpa de una mala interpretación
puntual de un punto o una coma concreta de esta ley, o de un descuido
accidental que revierte el caso y un instante lo negro pasa a ser
blanco, y la vida se pone del revés.
Y hablo de que el Sr. o la Sra. Juez
viven muy protegidos en las leyes, cobijados en sus renglones,
ocultos tras las palabras que forma la ley o el artículo. Tanto que
no ejecutan criterio alguno del desenlace del echo cuando les llegan
a sus manos.
Ellos consienten o permiten que
abogados y fiscales deambulen por la ley y las leyes sin prejuicios
alguno y con total impunidad.
Estos señores/as aparte de maltratar
las leyes, llevan la mentira y la maldad a un estado legal y se
jactan de ellos, e hinchan sus barrigas y bolsillos. Y nosotros,
simples ciudadanos/as lo permitimos, por nuestra bondad, bondad de la
que ellos se aprovechan.
Nos costó asimilar la sanción, la
reprimenda, la tarjeta al jugador de fútbol que fingía en su
beneficio una falta o un penalti, es más, alabábamos a este tipo de
jugador por su picaresca, por sus mentiras, y aún así nos costó
aceptar y asimilar esta acción sancionadora por parte del arbitro,
pero ganó el fútbol, ganó el espectáculo y perdió la fullería.
Ahí es donde quiero llegar queridos vecinos/as.
Los malhechores no se pueden escudar en
la ley, los jueces deben estar ahí para proteger que eso no pase, no
lo pueden consentir.
La familia, los padres de Marta del
Castillo deben saber donde está el cuerpo de su hija, los jueces
están obligados a averiguar esto.
Yo, un ciudadano normal, que cada
mañana salgo a trabajar, pago los impuestos, intento inculcar a mis
hijos en una vida de respeto y de libertad, que procuro que crean en
la igualdad de los derechos de todas las personas, que les enseño
nuestras obligaciones y deberes como ciudadanos cívicos. Yo sé, que
en la calle andan sueltos ladrones imputados en más de cien delitos,
y siguen y viven en esa misma vida que mis hijos, y no encuentro la
excusa o el porqué de esta circunstancia.
Es ahí donde le recrimino a los jueces
que permitan a esa gente que no respeta la ley, vivan en la misma
vida que mis hijo.
Tienen que sancionar al abogado/a,
estos no están para ocultar los desfalcos de sus clientes corruptos
y estafadores. Un abogado/a no puede aprovecharse de las leyes para
proteger a todo aquel que está incumpliendo la ley. Los jueces no se
pueden ocultar dentro de la ley para desahuciar a una señora, suegra
del asesino de su hija y que por culpa de este asesino la van echar
de su casa, su casa de toda la vida, casa donde nació su hija y en
la que ella vivirá de luto para el resto de sus días, por culpa un
desgraciado aprovechado del sistema penal.
Les pido que protegan las leyes, y
sobretodo a las personas - que en su mayoría son bondadosas, que
no se les olvide -.
Yo, desde mi humilde sillón, al cobijo
de las enaguas de una mesa camilla, cómo una gran mayoría de
personas en este momento, no me ofrece ninguna credibilidad o respeto
escuchar la sentencia de los trescientos treinta años de condena al
señor que abusó de cientos de menores en un centro deportivo,
saldrá pronto de la cárcel, antes que ese joven salga de su trauma.
También sé que el político corrupto al entrar por las puertas
principales del juzgado, acusado de robar dinero público y rodeado
de medios mediocres y sedientos de miseria, saldrá de puntillas por
la puerta trasera e impune de esos delitos. O que de nada sirven los
mil años de condena que a un señor o señora que un momento dado se
otorgaron con el derecho de sesgar una vida bajo las siglas de ETA.
Sé, desde este humilde sillón que más de veinte años no van a
estar encarcelados, que hay casos que el terrorista pagará menos de
un año de prisión por vida asesinada.
Y es seguro que los familiares de estas
victimas, o las victimas propias, seguramente cumplirán cadena
perpetua en sus corazones.
Pero eso no importa, porque nuestras
leyes está preparada para la reinserción del que delinque, y no
para las victimas y su dolor, para eso, para eso no estamos
preparados. Y lo pero de todo es, que el infractor lo sabe, y se
aprovecha.
Sr. y Sra. Juez, sáquenle tarjeta
amarilla a ese abogado por decir que el alcohol que llevaba en sangre
el Sr. Ortega Cano, correspondía a la cura que le procuraron en
urgencias. No, no es justo, no pueden escudarse en eso.
Casos hay miles, y casi todos
sangrantes, ya lo sabemos. Mi desidia afecta en la compra o no de un
pantalón vaquero, pero la suya la de estos magistrados, dejan
cicatrices en las entrañas de la sociedad. Hunden la moral de muchos
de los que nos aferramos a la justicia como un medio igualitario,
como un estamento donde la verdad está por encima de todo. Pero
últimamente, con estas corruptelas por parte de degenerados que se
hacen llamar políticos, por los asesinatos sin condenas justas, por
la apatía de los magistrados/as en las resoluciones de estos casos
tan sangrantes, está convicción, este baluarte está dejando de ser
un cimiento solido en nuestra evolución social, y es ahí donde
volvemos a fallar.
Hago un llamamiento, y quizás sea de
los últimos de este tipo que hago desde este balcón, pues estoy un
poco cansado y harto de esta crisis, de esta desidia y quiero volver
a recuperar aquella mirada de vigía que busca el país de nunca
jamás con anhelo.
Por favor, formar parte de donde
estáis, activar ese grano de arena que ará mover este país hacia
un lugar mejor.
Los jueces que protejan la ley por
encima de todo, que nadie se escude en ella para hacernos más
indefensos, que cambien las leyes si es preciso, ellos deben ser los
promotores de estas decisiones, no unos políticos que están de
paso, no unos banqueros con un ejercito de abogados capaces de lo que
sea por dinero, que defiendan la ley como si fuera su alma.
Qué un médico luche por su vocación,
que ningún o ninguna don nadie les hable de la rentabilidad o
perdidas financieras del cuerpo humano. Cuando un paciente vive un
días más, ya está amortizado todo el dinero invertido y ellos lo
saben perfectamente, lucharon, estudiaron y fueron los mejores para
realizar ese milagro, aunque intenten hacérselo olvidar.
Que al profesor/a no le enseñen a
sumar perdidas o ganancias desde un estamento de educación, cultura
y deporte. Qué tendrá que ver churras y merinas..!!. Enséñenles
ustedes, no permitan que degraden su oficio a simple mercadería, son
muy importantes para esta sociedad, ustedes muestran a los ojos de
nuestros pequeños, la libertad.
Este es mi llamamiento en esta noche,
otra vez lluviosa y tormentosa, como si alguien desde cielo nos
advirtiera que lo estamos haciendo mal. Si, yo creo que la luna y el
sol llevan meses sin dejarse ver, creo que nos castigan por nuestros
pecados. Yo, por si acaso, procuraré pintar de colores cada minuto
que pasa por mis ojos. Al menos, me llevaré eso.
Besos y abrazos, y ustedes como
siempre, se los reparten a su antojo, no se amontonen ni hagan colas
infinitas, ya saben que hay para todos y todas.
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