jueves, 8 de marzo de 2012

DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA


















Seré sincero, odio los días de...

El día del orgullo gay; el día de la osteoporosis; el día de la cruz roja; el día del cáncer... de mama, de colon, de ovarios, de estomago; el día del libro; el día de las bicicletas; el día del orgullo heterosexual; el día de los singles; el día de la marmota; el día de papá; el día de la mamá; el día del cuñado cansino, o el de la cuñada revenida; el día sin celebración del día de...
Podría estar hasta Agosto enumerando acciones, enfermedades, motivos, religiosidades, objetos, santos, romerías, nacimientos, fallecimientos, centenarios, bicentenarios, tricen...así hasta el infinito y más allá.
Pero joder, que importante es este día “EL DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA”

Tiene guasa, no basta con que sean expertas en electrodomésticos y otros aparatos endemoniados que pueblan la encimera de la cocina. Que planchen, zurzan un botón, cambien las pilas del mando a distancia y repasen matemáticas con el pequeño, todo en el mismo minuto. Qué no, qué no se queda ahí. Que aparte de contablespediatrascardiólogasfisioterapeutasveterinariaspintorascocineraselectricistasarregladisfracesexpertasenofertasalimenticiaspsiquitrasamasdecasalimpiadorasmadresyesposas....
Salen todas las mañanas divinas de la muerte, a trabajar.

Y trabajan. Y cumplen en su trabajo. Y su matricula de honor no cuenta al final de la nomina. Y y su doctorado no es suficiente para la gerencia de la empresa. Y su jefe de departamento es el yerno del dueño y ella hace todos los informes y él solo los firma. Y después de limpiar cuatro casas esa mañana, aún les queda la suya, porque Pepe o Paco o Juan o Manolo... (qué buenos son, qué buenos hombres cómo trabajan), no saben ni atarse los cordones de la “chanclas” y menos, poner el puchero a calentar.

El día de la mujer trabajadora, a mi como hombre, me da vergüenza. Y no por ellas, pues bien merecido tienen este homenaje en este 8 de Marzo. Sino como hombre torpe y dependiente de ellas. Nuestra costilla no era un pecado, más bien fue una bendición. La historia nos ha contado que la evolución de la civilización del hombre ha sido a causa de la inquietud de la mujer. Y nosotros (como digo: TORPES) aún andamos sin reconocerles el merito, sin agradecerles su condición de mujer. Ellas esperan la igualdad y la equidad laboral. Y esperan y aguantan bajo un grito en silencio. Nosotros (como digo: TORPES) no aprendemos. Las infravaloramos, les exigimos más allá de lo establecido, y por nuestros miedos y envidias (y aunque suene mal y sabéis bien que me cuesta horrores escribir esto) tienen que superase cada vez más y acortase la falda cada vez menos.

Les doy las gracias a aquellas mujeres que ya desde la humedad y la oscuridad de la caverna, hasta el calor y la luz del salón de la casa de hoy en día, han estado ahí enseñándonos el concepto de trabajo y sacrificio.

Gracias tita Angetita por tu memoria y tus rosquillos. Gracias Tata por ese trabajo tan importante que haces y que nadie ve y que por supuesto casi nadie es capaz de hacer. Gracias a La Rosa Marchita, por su trabajado vocabulario, por su sinceridad. Gracias Marielena por ser capaz de sacarles 28 horas al día si hace falta. Gracias Pepa y Luisa por aportar experiencia y juventud a las tardes de mis miércoles. Gracias madre por existir y por enseñarme la vida. Y sobre todo, gracias Nati, por vivir y por ayudarme a vivir

Gracias Mujeres. Feliz día.........

1 comentario:

Josillou dijo...

La mejor noticia es que hasta dentro de un año no habrá que conmemorar de nuevo el Día de la Mujer Trabajadora. Bueno, el Día de la Mujer, a secas.
La realidad, como bien es sabido, es bien distinta a los deseos que se escuchan estos días. Las mujeres siguen pagando extraordinariamente caro el peaje de la vida familiar, un peaje que la mujer asume como intransferible y que el hombre (el hombre de esa mujer) ve pasar con la misma cara que las vacas miran a los trenes.
A mi también me da lacha que haya que celebrar un Día de la Mujer Trabajadora, aunque ahora se le haya ampliado, quitándole el calificativo.