Hoy, Dios, se ha llevado un ANGEL.
Envidioso y cruel ha conseguido lo que llevaba buscando desde hacía tiempo.
Los ANGELES están en el mundo para enseñarnos lo que realmente importa en la vida. Ella enseñó su sonrisa hasta el final. Su sonrisa fue el grito en el cielo, fue el puñetazo en la mesa, su sonrisa fue el portazo contra la mediocridad del día a día en el que vivimos….
Envidiaba sus ojos, envidiaba su mirada, ha vivido catorce primaveras y yo he mascullado inviernos funestos que duraban años enteros por complicaciones y calenturas sin sentido.
Hace poco la vi pasar, me regaló un hola de corazón, me ofreció su alegría sin nada a cambio, sin compromiso alguno. Por desgracia la conocí de lejos, aunque lo suficiente para conocer su fuerza. Los que si la conocieron sé que lloraran con lágrimas mudas esta perdida, sé que llevaran un luto interior por mucho tiempo y chirriaran sus dientes de rabia cuando recuerden a María José porque su corta vida caló en sus corazones.
Dicen que hay personas que dejan poso, Mari Jose en su corta edad ha dejado ríos, océanos de bondad y fe.
Los ANGELES están en el mundo para enseñarnos lo que realmente importa en la vida, y pasan por nuestro lado y nosotros tontos y ciegos, no somos capaces de verlos.
Yo la vi un momento tan solo en mi vida, suficiente, me enseñó su alegría y su fuerza por la vida. Este ANGEL era especial. El síndrome de down nos enseña lo que es la superación, nos enseña el valor del trabajo día a día y la fe por vivir. El síndrome de down tiene que superar innumerables barreras para poder integrarse en esta sociedad hipócrita en la que vivimos. Si, si que son especiales...
Cuando un ANGEL... cuando Mari Jose pasaba por mi lado, mi alma relucía, y si le devolvías el saludo ella te lo agradecía con su sonrisa, y la sonrisa de un ANGEL, la sonrisa de Mari Jose valía todas las estrellas de la noche.
Hoy, Dios, se ha llevado un ANGEL. Como ha dicho mi amigo Serrat hace poco: “¿Qué falta le haría al cielo otro ANGEL?”, porque aquí si nos hacía falta Mari Jose por siempre jamás.
Estés donde estés querida Mari Jose, sigue luchando, sigue sonriendo y mostrando a todos la fuerza y la alegría con la que rompiste muros y barreras.
Te mando un beso, lo mando al norte y al sur, y al oeste, pero sobretodo al este, pues sé que cada mañana aparecerás con el primer rayo de sol.
Hoy, Dios, se ha llevado un ANGEL, que la ponga a su vera y disfrute de ella y que la próxima vez se lo piense, pues los ANGELES están en el mundo para enseñarnos lo que realmente importa en la vida y no nos los pueden arrebatar así.
Mi balcón está a media asta, y estará por tiempo, pues cuando un ANGEL se va, duele...
1 comentario:
Catorce años no es edad para morir. Ninguna es buena edad para morir, pero catorce años mucho menos.
En esos momentos en que se quiebra la vida todo es banal, nada importa, sobran las palabras y la música es música desandada. No sé como estarán los ángeles que ahora reciben refuerzos, pero los que se quedan aquí están tristes, jodidos.
Descanse en paz Marijose y me sumo a la tristeza y al sentimiento por no tenerla a nuestro lado.
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