lunes, 5 de noviembre de 2012

OTRA PARTIDA DE NUESTRO JUEGO...!!

Qué tal vecinos, jugamos otra vez.
Recordar, mirad la fotografía, cerrad los ojos y ponerle un título. No tengáis prisa, buscar una historia y dejad que la imaginación, por unos momentos os fluya.
Yo encontré la mía, pero ya sabéis que mi imaginación fluye más espesa que la vuestra.














Erase una vez un susurro.

Allí, en lo alto, entre tomos y lomos de libros gigantes. En cuclillas y sin hacer ruido, se esconde una pequeña obra. Se abraza y se ruborizaba, entre espadas de reyes, entre ballenas blancas y amores prohibidos de familias encontradas. Allí, junto a un loco hidalgo con su enclenque corcel, este pequeño se abraza con más fuerza para proteger la tinta que forman las palabras de sus cuentos. Se abraza y las ilustraciones de su interior esa noche dormirán más calentitas. Aquel texto se empapaba de todo lo que a su alrededor acontecía. De cuclillas y abrazado, protegiendo sus cuentos, aquel libro pasaba los días en aquella estantería viendo danzar poetas e historias qué cambiaron el devenir de la vida y de la historia de la literatura.

Me sorprendió que lo escogiera, allí, en aquella estantería repleta de lomos de piel, de títulos con letras de oro, de firmás de autores y autoras consagrados en la literatura. Me sorprendió que eligiera el más pequeño de todos. Pero lo tenía bastante claro.

      - Parece que al sol se le ha escapado un rayito –  me dijo mi pequeña mientras trepaba por la escalera hasta coger aquel  libro de cuentos.

Conocimos a Rosamarchita a través de su pescador, y comenzamos a quererla un poco más, y cómo Deidamia, sus pinchos de rosa, ya no pinchan, acarician.

De Carmen Alguacil nos enamoramos y nos introducimos en su mundo ya desde la portada. Con su relato de ojos: de ojos desencajados....con sus dibujos de corazones en tarros de cristal e insectos ardientes. De cómo el arte fluye por sus venas y revienta en forma de palabras y de trazos de colores.

     - Este cuento en nuevo para mi -  me decía cada noche antes de dormir.

Carmen Infante y Fernando fueron en la misma noche, y ese no era el trato. El trato era, un cuento por noche, pero yo no podía parar de leer, y ella, no paraba de estar despierta.

Al leer Isabel Padilla decidió que de mayor quería ser “sibila”, aunque yo, entre susurros le dije, que ya era musa.
Coincidimos los dos en que las madres sufren por sus hijos, que parecen que están en el mundo para padecer por ellos. Aunque también coincidimos en que la felicidad de una madre, son sus hijos.

Con Isabel Tejada aprendimos de todo, hasta de colores: pelirrojo y mandarina. Nos llevó hasta Siracusa. Donde unos vieron un mirlo dorado, que no era dorado, nosotros vimos amor y nervios. Y en la Sala 9, el arte revoloteaba de pared en pared, con preguntas, cuestiones, con amor y desamor.

El alma de Jesús Mollinedo se alimenta de la historia. Y te habla de guerras imposibles, y de costumbres ancestrales que envuelven tradiciones matrimoniales que perduran por los siglos de los siglos. Qué pasión por contar, por contarte como fue, por explicarte de donde venimos.

A José Luis Chaves le encanta que todo acabe bien. Aunque le tenga que hacer frente a un inquisidor. Aunque tenga que poner patas arriba un museo para frustrar un delito, un robo vil con alevosía y, sobretodo, con nocturnidad.
        - ¿Qué es un cebú papi? - me preguntó extrañada apretando con fuerza su peluche, sentada sobre la almohada, mirando el techo de la habitación, sin ganas de dormir.

De wiwi...., nos miramos a los ojos y nos echamos a dormir. Pero con un ojo abierto...

Y Pilar y Viviana nos mostraron la sabiduría y experiencia de la vejez. La enfermedad y la rebeldía también pueden ser románticas, y ellas, Pilar y Vivi se sumergen cada mañana en un baño de romanticismo y amor y sus cuentos así nos lo mostraron.

Por fin duerme y se que duerme entre sueños bellos, sueños adornados por unos cuentos que le acompañaran toda la vida. Y eso, a mi, me reconforta.




Un saludo queridos vecinos....y que tengáis dulces sueños. Como ella.
  

2 comentarios:

Jose L. Chaves dijo...

Gracias Pedro.

wiwi73 dijo...

de gracias nada José Luis, un verdadero honor haber participado en esto.