viernes, 17 de febrero de 2012

LAS TARDES AL SOL

 Esta tarde los rayos de sol si calientan el balcón, chachara y saludos con los vecinos que hacía tiempo que no veía
    - ¿Qué tal vecino, y a su señora, se le fue ya la tristeza esa que tenía cogida a los huesos, como la escarcha al campo?
    - Pues ahí anda, que un día me llora y al otro me hace pucheros.
    - Eso debe de ser de tanto humo de chimenea, es que estos fríos que hemos pasado no son buenos, por qué no la saca usted al sol, hoy parece que calienta, no ve usted como se ponen de lustrosos los geranios en dos o tres días cuando les da el sol.
    - Pues eso tendré que hacer, a ver si se ánima un poco y de paso, a ver si se le calientan los pies, porque sabes vecino, mi mujer es de sangre fría, como las lagartijas, hay que ponerle el buche al cobijo del brasero y de la mesa camilla, sino se pasa todo el invierno y parte de la primavera con la tiritona. Bueno vecino hasta más ver....

Vaya con las Angelínes, como las lagartijas.

    - Hombre Charo ¿cómo va su marido con la ciatica, se mejoró o qué?
    - Qué va, como eso es un dolor que él solo lo padece, pues le duele todos los días, menos el domingo cuando va al fútbol. Sigue de baja sabe usted, y así le echó una mano a mi padre para coger la aceituna, que este año aunque ha hecho mucho frío no ha llovido nada, sabe usted.
    - Bueno vecina, le da recuerdos y que se mejore, y cuidado con estos fríos, que las heladas son muy malas para ese dolor que tiene él solo.
    - No si yo ya lo sé, todas las noches lo acuesto con una bolsa de agua caliente, pero con estos fríos tan malos, yo creo que lo de la bolsa no le ha hecho bien sabe usted, porque por las mañanas cuando la cojo de la cama, la bolsa de agua caliente, está fría como un paquete de guisantes congelados, y eso ha dormido toda la noche en el costado de mi marido, que mi marido cuando duerme parece un banco del paseo, ni se inmuta.
    - ¿Y entonces para cuando se agarra a trabajar?
    - Pues mire usted, como el ayuntamiento está como está con esto de la crisis, y a él no le ha dicho nada, pues yo le he dicho: Paco esperaté un poco y ayudas a mi hermano a recoger los espárragos que la cosa no está para jornales a forasteros. Y ahí estamos, sabe usted. Ea!! Le daré recuerdos de su parte cuando lo vea.

Pues anda con él Paco, no sé si será peor ese dolor que él solo tiene, o su mujer dándole tajo.

La tarde empieza a desfallecer, al menos los últimos rayos de sol los recogen mi balcón. Mira por allí viene “Juanito, el mayorías absolutas”. Menudo pesado, desde noviembre lleva con el mismo latigazo: “he!!, ahora qué, mayoría absoluta. Si ya lo decía yo, que es que no os enteráis”.

    - ¿Qué pasa Juanito, cómo está la familia?
    - El gobierno. No me hables del gobierno que trino.
    - Pero si yo solo te preguntaba por...
    - Qué no!! qué maldita la hora. ¿Tienes café...?
    - Mira déjate de líos que no tengo yo el horno para tartas.
    - Pero no has visto lo que han hecho con el Garzón y la reforma esa de los despidos.
    - Juan que sabes que yo no critico al que no le he dado mi voto. Qué soy de los pocos tontos que aún le queda un aliento de ética. Eso es lo que tenemos los demócratas, jodernos y aguantarnos, porque el pueblo ya ha hablado, y el pueblo es soberano ¿no?. Eso depende de vosotros, de los que los habéis votado. Yo ya tuve lo mio con los otros.
    - Yo, yo, yo no les voté.
    - Vaya hombre, a ver si la mayoría absoluta que han sacado es como tele5, que nadie lo ve y es la que más audiencia tiene. Ahora resulta que nadie los ha votado, pues han pasado solo tres meses. Y no me jodas tío que a ti te llaman “Juanito el mayorías”, qué bastante tabarra nos diste después de las elecciones.
Mira ahora te toca apechugar con lo que trae la cigüeña, que para eso es tuyo. Yo bastante tuve con los torpes de los míos y te diré solo una cosa: Si el ayer fue una cagada, el mañana tiene un vestido de luto puesto, eso te lo prevengo, porque eso está por venir, sino al tiempo.

Juanito se ha largado a regañadientes y ha dejado a lo lejos un - ”me debes un café wiwi” -. Espero que tarde ese café, pues no están las cosas para debatir el devenir de este país con semejante elemento.

La tarde muere lentamente, pero el frío aparece como un deportivo nuevo. Una parva de críos revolotean por la plaza envueltos en chaquetones acorchados, jugando y peleando todo a la vez. Además, voy a tirar la basura que luego con la rasca me da pereza.

Llevo cuatro bolsas de distinto color, manda huevos esto del reciclaje. Mierda!! mi vecino el borde, ahora como desaparezco, imposible, seguro que suelta alguna cacicada.

    - Oye, tú que lees esos periódicos y esas mierdas. Es cierto que se van a llevar los olivos los moros esos.
    - Eso parece buen hombre, aquí ya sobra hasta la sombra del campanario.
    - Y quien coño ha dispuesto eso. El Zapatero ese, seguro, menuda mandanga nos ha dejado.
    - Pues eso ha sido culpa de usted, como no hecho otra cosa en su vida que cobrar la puta subvención y no se ha preocupado de vender y exportar el aceite por su cuenta, pues al final han venido otros más listos que usted y le han quitado el chollo. Ala vecino hasta la próxima, que me cierran la tienda.

Ya se echó la noche. En esta época del año la noche llega en tres minutos, casi sin darte cuenta. Bueno que me cierran la tienda y he de comprar un cartón de leche portugués y un litro de aceite italiano.

Un saludo.................wiwi  

3 comentarios:

Josillou dijo...

Nos vendieron todo lo que quisieron. Nos hicieron creer que seríamos más felices cuanto más tuviéramos. Nos obligaron a sacrificar nuestras vacas y a abandonar tierras de labor que siempre habían sido de labor, transformándolas en enormes ejidos y escombreras, donde al principio crecieron algunas matas de hierbajos y alguna lagartija, después ni eso. Todo cemento, todo grandes superficies, todo urbanizaciones,
Creímos que a nosotros también nos había llegado el momento de disfrutar de todo con lo que habíamos soñado durante años. Nos prestaron un dinero que creían suyo y que manejaban a su antojo. Cambiamos de casa, a una más grande y en un barrio más selecto; aprovechamos el crédito para hacernos con un coche de más caballos, más prestancia y más apariencia.
Dejaron pasar el tiempo y nos hicieron creer que vivíamos en Jauja. Todo era oropel y risas huecas. Nos embaucaron con la idea de que los tiempos malos habían pasado para siempre.
Algunos compraron un apartamento en la costa, restauraron la casa del pueblo, la que había sido de sus padres, visitaron islas perdidas en el Pacífico buscando lejos lo que quizás tenían al lado.
Había que mostrar poderío. Si ellos podían, nosotros ¿por qué no? Cuando la crisis llamó a la puerta nadie hizo caso. "A mí no me puede pasar", pensaron la mayoría.
Ahora pues eso a comprar leche portuguesa o aceite italiano, que hemos perdido hasta lo que siempre había sido nuestro.
Y las piedras no se comen, no.

La "prima" dijo...

La segunda:
No digo nada serio porque ¡me he reido un montón! Y es que éstas son las historias que, por lo comunes, más nos hacen reconocer lo "ridiculos" que a veces llegamos a ser.
Besos, primo.

wiwi73 dijo...

Amigo Pp yo también creo que todo esto es una cortina de humo. Con el estado de bienestar nos atacaron directamente al corazón y a la nostalgia, y luego ha resultado ser otra maniobra más de otros para colocarnos lavadoras made in Alemania y coches made in France...."Sè la vi"

Hay prima, que ganas de verte por mi barrio...