Me asomé al balcón la noche del
pasado domingo tras las elecciones europeas, pero esta vez no miré a
la calle. Esta vez contemplé el brillo de mis ojos en el cristal de
mi ventana, y como soy de esos que tropieza en la misma piedra una y
otra vez, pues más de lo mismo.
Tengo ganas de contar cuentos, de
verdad, que ganas tengo de contar cosas reales de castillos y
dragones, de duendes y Peter Pan, de parados y desahuciados, de
preferentes envenenadas, de piratas y principitos........
Hoy, después de válvulas y muelles
flojos es el día que retomo mi balcón, me lo ha pedido este corazón
mio.
Para bien o para mal.
Odio la palabra GANAR...!!
Hasta hace diez días me consideraba
ese español caminando entre el blanco o el negro, cómo tantos.
Soy culé y socialista y encima tengo
la mala costumbre de ser demócrata, pero de esos con miedo a alzar
la voz y protestar, cómo tantos otros que me encuentro día a día.
Tragándome lo que unos bajo el manto surrealista que hoy han
conformado lo que es la denostada democracia han impuesto en nuestra
sociedad.
Pero llegó el Atlético de Madrid, y
puso en solfa el sendero de borregos que los últimos años era el
amado fútbol en la España del blanco o el negro, en la España del
Madrid o el Barça, en la España de Messi o Ronaldo. Ganó el
inquilino del manzanares la liga en el último partido, y casi la
champión league, en un trágico final que por momentos me hizo
pensar en que a perro flaco..... Pero también llegó el Eibar, un
equipo que la temporada pasada vivía en la segunda división B y
ascendió a primera, a la liga de los “millones”. El equipo con
menos dineros de todos los que juegan. Un equipo pobre, pero limpio
y saneado, donde en el, todo el mundo cobra sus nominas al final de
mes, donde en el, se preocupan de tributar al estado español, donde
en el, cueste lo que cueste, paga por sus responsabilidades y
obligaciones, igual que el noventa por ciento de la ciudadanía
española, no lo olvidemos. Cueste lo que cueste.
Me agrada pensar que por fin la pasión
y el trabajo es más valioso que el dinero.
Alentado por los medios y la sociedad
que me rodea entré al trapo del deporte nacional. Me fui
desilusionando, acusando por ejemplo, al FC Barcelona de inoperantes
y falta de juego (un equipo que lo ha ganado todo en los últimos
diez años, - seré tonto-). A la política o a la justicia, yo,
critico desde la barrera, sabedor de la verdad desde la barra del
bar, dictamino y sentencio todo lo que se cruza por mi vista. Y
además con la cabeza alta, con el gesto altivo, aferrándome a todas
mis conclusiones como si fueran la únicas y más sabias (-seré
tonto-), como casi todos.
Una cosa tenía claro, - ¡¡ yo no
voto, yo no voto y yo no voto …!!-, eso era lo que imperaba en el día
a día en la gente ante de las elecciones europeas.
Entré de nuevo en el candor popular
aunque no fuera las premisas por las que me decanto como buen
demócrata. Que iluso..!! aún creo que las votaciones libres y
abiertas son el mejor síntoma de la libertad y la democracia. Y aún
así entré al trapo que los medios me tendieron a la cara, bueno
mejor dicho, al trapo que me tendieron a los ojos, intentando cegarme
con ello.
Pero llegó “PODEMOS”, y con el, un
chaval de larga coleta y con la vestimenta igual que el vecino del
segundo, y era como el Eibar, ese equipo de fútbol pobre que ha
llegado a primera división, pero limpio y saneado, y les plantó
cara simplemente con la palabra y el dialogo a esos encorbatados
añejos y rubias de bote que se agarraba (y se agarran aún) a un
discurso retrogrado y senil anquilosado en el “y tú más”, a la
herencia recibida, y después de treinta años, “esto es lo mejor
para el pueblo” aunque con ello a sabiendas nos han llevado a la
quiebra total.
Dijo cosas claras y sencillas. “NO
ROBEIS MÁS A LOS CIUDADANOS”, entre otras muchas.Hace diez día tenía un ahogo crónico, pero llegó el Eibar, el Atlético de Madrid y “PODEMOS”, y me pasó como cuando leí “El Principito” hace tres meses, por fin, tras leerlo unas veinte veces a lo largo de vida, fui capaz de ver el elefante dentro de la barriga de la boa.
Mi corazón retomó de nuevo los
latidos en forma de melodía. Muchos años ya de blanco o negro, de
PP o PSOE de Messi o Ronaldo, de....esto es lo hay. Muchos años con este cartel
clavado en mi frente “soy gilipollas y me lo creo todo”. De
crisis impuesta.
Odio la palabra ganar en unas
elecciones.
Odio que lleven esa palabra por bandera
los diferentes partidos políticos. Esto no es un juego, esto no es
un partido de fútbol. Esto cuando pierdes no te quedas segundo y
cuando ganas no te dan una copa. Cuándo demonios se van a enterar
esta clase política que sus acciones y decisiones son
transcendentales.
La gente salta al vacío desde sus
ventanas. Avergonzadas, humilladas, no pueden pagar sus hogares al
maldito banco o caja de ahorros, caja además rescatadas con mis
impuestos. Personas que su único pecado fue, dejar de trabajar, en muchos de los casos despedidos sin ninguna excusa, ¿cómo
hemos consentido esto? (-seremos tontos-) sin duda, ha sido el
peor resultado de esta crisis.
Hay cinco o seis millones de parados.
Los trabajadores han perdido sus derechos con un simple plumazo.
Ahora los jueces por el antojo del poderoso son los culpables
(-maldito dinero-). O las mujeres, dicen que son inferiores
intelectualmente y por eso como en un chiste malo, un cura un
político y un psicólogo deciden en su cuerpo y en su maternidad y
hoy ellas tienen la culpa en la violencia de genero (-seremos tontos,
seréis tontas-).
Menuda vendan nos han puesto, y como
aprietan el nudo cada vez más para que no seamos capaces de ver más
allá.
Qué no vaya nadie a votar, ensueñan
estos políticos al cobijo de ese manto que han creado lleno de
pulgas y garrapatas llamado democracia. Ya haremos nosotros lo que
nos de la gana, poned más fútbol y así estarán callados, estarán
ovejas mansas y en el redil. Y hay que procurar que los centros
culturales, asociaciones, y todo lo que concierne a la cultura
individual y colectiva
estén cerrados, que no se junten, que
no lean, que no aprendan, poned más fútbol.
Lo bonito del arco iris es, la cantidad
de colores diferentes que tiene. Y en el no está ni el blanco, ni el
negro.
Menudo remolino de aire nuevo a entrado
por la ventana de Europa. Ahora debe florecer las políticas, la
conciencia cívica y el sentido común, y sobretodo el social.
En la mesa de Europa, en el arroz del
domingo están: el independentista, el nacionalista, el liberal, el
ultra derecha, el ultra izquierda, el ecologista, hasta la dichosa
iglesia, los moderados, el conservador y el centrista, el
antieuropeista, el racista y xenofobo, el que quiere entrar y el que
quiere salir, al que no le gusta el arroz y al que le gusta pelin
pasado.
A mí no me gustan unos u otros. A mi
no me gustan de algunos o algunas sus discursos y tendencias
políticas y sociales, pero (-¡¡ maldita sea esta actitud demócrata
mía !!.), tengo que sentarme, oír , dialogar y llegar a un consenso
por el bien común. Parece difícil e imposible, parece que entramos
en el infierno, pero que no nos vendan demonios inventados, esto es
más fácil que todo eso, esto es tan fácil como que dentro del arco
iris hay colores que no nos gustan, pero no por eso va a perder su
belleza, verdad, queramos o no, este saldrá después de la tormenta
e iluminará el horizonte.
Odio la palabra ganar en política,
esto no es un juego.
A la política me encantaría que
llegara la palabra, trabajar....
besos y abrazos vecinos y vecinas.....